
Si bien las selecciones mayores absolutas son las que se llevan todas las palmas y el protagonismo, las asociaciones de fútbol de los distintos países del continente supieron también contar con combinados íntegramente formados por futbolistas de la Segunda División, la famosa “Selección de la B”.
Generalmente, estos seleccionados específicos de la segunda categoría del balompié de cada país se limitaron a disputar partidos amistosos entre sí, pero también ante clubes e, incluso, participar de torneos amistosos alrededor del mundo, en los que actuaban, para sorpresa de muchos, combinados absolutos.
Estos casos fueron típicos de la Selección de la B uruguaya, que desde los años cuarenta del siglo pasado y hasta entrado el siglo XXI disfrutó de mucha actividad y, lo que es mejor, de un respeto ganado en nuestro deporte.
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