Días atrás, la empresa proveedora de la Selección Uruguaya, Puma, dio a conocer el modelo alternativo a utilizarse en la venidera Copa del Mundo de Qatar.
Si bien es un modelo genérico para todas las selecciones que visten la misma marca, el detalle más relevante es que volvió a confirmar el color blanco como el predominante, como ocurre desde hace ya 12 años de forma ininterrumpida.
No pretendemos sentencias definitivas, pero sí bucear en la historia y definir los impactos en la red más decisivos de los 10 máximos scorers de la historia de la gloriosa Selección Uruguaya.
Se tomará para esto varios puntos: la relevancia del tanto, lo que le dio a la Celeste y los contextos de cada uno (torneos, partidos, momentos, etc.).
No es una tarea sencilla y puede haber varias opiniones, pero asumimos la responsabilidad.
Son muchos los futbolistas uruguayos que pueden darse el lujo de considerarse “campeones del mundo”.
A través de los cuatro certámenes planetarios que conquistó la Celeste, hubo jugadores que fueron protagonistas, otros actores de reparto y un puñado no logró sumar minutos, pero todos formaron parte de los planteles y, en consecuencia, son campeones.
Sin embargo, hubo muchos grandes cracks de nuestro balompié que estuvieron cerca de colocarse la medalla de mejores, pero que, por distintas razones, se quedaron en la puerta de integrar las escuadras vencedoras.
A continuación, el repaso de los nombres más ilustres del fútbol oriental que no pudieron disfrutar del máximo honor mundial.
Puede afirmarse que el número 13 es un número de suerte en el seleccionado uruguayo.
En Copas del Mundo, pocas veces ha fallado.
Todos recordamos el penal picado de Sebastián Abreu a Ghana en Sudáfrica 2010 que depositó a la Celeste en una semifinal mundialista después de 40 años. O cuando en Brasil 2014 un juvenil José María Giménez se dio a conocer al gran público vistiendo ese dorsal (titular y figura ante Inglaterra, Italia y Colombia), por ejemplo.
En mayor o menor medida, los uruguayos saben que varios futbolistas nacidos en el extranjero defendieron a la Celeste a través de los años. Y con mucho suceso.
Aquellos que nacieron en Argentina son los que se llevan el primer puesto, no solo por la cantidad sino también por el éxito obtenido.
Imposible es, entonces, no recordar a Marcelino Pérez (1933-1935, campeón de América 1935), Atilio García (1945), Juan Eduardo Hohberg (1954-1959, mundialista en 1954, además de entrenador en la Copa del Mundo de 1970), Juan José Rodríguez (1962), Gustavo Matosas (1987-1992, campeón de América 1987) y Fernando Muslera (2009-actualidad, campeón de América 2011 y tres veces mundialista).
Existe un seleccionado que históricamente ha sido una piedra en el zapato para los uruguayos: España.
Sí, el representativo de nuestra Madre Patria es, hasta el día de hoy, un problema insoluble para los orientales: nunca se le pudo ganar en 10 presentaciones desde 1950 a la fecha.
Lo curioso es que muchas veces se estuvo cerca, pero nunca terminó de alcanzar para cristalizar una victoria.
Tras la trágica muerte en 1905 de dos enormes figuras del seleccionado uruguayo como Bolívar y Carlos Céspedes, los Camacho fueron quienes tomaron su testigo en referencia a hermanos en el combinado.
A las ocho de la mañana se abrieron las puertas del Estadio Centenario. El primer equipo en saltar al campo fue el argentino, a las 14 y 10. Toda una novedad: más de seis horas antes el público ya estaba ingresando al «Stadium”.
Es que el 30 de julio de 1930 era la fecha marcada para el choque que ya era clásico del fútbol mundial y lo ha seguido siendo en los siguientes 90 años. Uruguay-Argentina es marca registrada. El choque había decantado el título olímpico en Ámsterdam a favor de los celestes dos años antes, y volvía a repetirse en la final del primer Campeonato del Mundo.