
A mediados de 1913, Boca Juniors fue noticia por incorporar a uno de los mejores futbolistas del Río de la Plata, que contaba con apenas 19 años y que ya era un indiscutido en el Seleccionado Uruguayo. Su nombre: Alfredo Ángel Romano.
A esas alturas, el popular “Loco” sumaba 12 encuentros internacionales oficiales y cuatro anotaciones con la Celeste.
Había nacido en Montevideo el 2 de agosto de 1893 y era una de las figuras de este deporte en Sudamérica: hábil, gambeteador, encarador, astuto, goleador, asistidor, con endiablado cambio de ritmo cuando aquello no era común y guapo, podía jugar de forma indistinta en cualquier puesto de la delantera; ya sea de wing, entreala o centre-forward, a Romano le daba igual, siempre iba a descollar.
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