
Antes de acometer la tarea de narrar los hechos que derivaron en la fundación del Club Nacional de Football, resulta necesario e imprescindible dejar constancia de que una de las dos más grandes instituciones futbolísticas del Uruguay, carece en la actualidad del documento denominado “acta de fundación”. No quiere decir esta categórica afirmación que la misma nunca haya existido. Se puede avanzar en la búsqueda de la verdad, que ha perseguido el autor desde hace mucho tiempo, afirmando que la misma existió y que, además, formaba parte del contenido de las primeras horas del libro de actas que el Club Nacional de Football comenzó a llevar oficialmente en 1901.
Debo agregar que el Club Nacional de Football no suministra los libros de actas del club a historiadores que, como en el caso de quién esto escribe, los ha solicitado varias veces a través de cartas dirigidas a los últimos presidentes, sin recibir ninguna respuesta.
¿Qué ocurrió entonces? ¿Por qué la institución más gloriosa del fútbol uruguayo carece de su partida de nacimiento? ¿A qué se debe la ausencia del documento irrebatible con el que debería iniciarse la narración de la historia de la entidad, conocida en aquel tiempo como “los albos”, por el color blanco de su camiseta? ¿Por qué motivos las autoridades del club, desde tiempo inmemorial, no abren sus libros de actas a los historiadores?
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